Pisando seguro, es, pisar el qué, pisar el cómo, pisar el cuándo, el cuánto y el dónde de un seguro. Este blog dejará huella en tu concepto de seguro, mirarás y verás los calcetines que abrigan nuestro futuro, las chanclas que liberan nuestro verano y nuestros pies descalzos que nos dirán dónde vamos.

martes, 28 de octubre de 2014

Todo lo grandes que queramos por pequeños que parezcamos

Como cambia la vida, y los conceptos, todo se relativiza y madura

La forma de vestir, yo diría que solo se modela, porque cada vez eres más tú, como siempre, pero cada vez más seguro. 

Pero el amor, la pasión, las mariposas en el estómago. 

Las fiestas, la amistad, los lunes, unos se amplían, otros se acortan, pero todos se viven con más intensidad. O con menos, a veces no sé yo. 

Se va poniendo fin a los sueños. Unos siguen doliendo, otros se apartan para que dejen de doler, o se cambian para poder seguir soñando, otros se viven, a fuego, marcados en tu piel. Otros son sueños prestados, que poco a poco haces tuyos, porque en el fondo lo son desde siempre aunque hayamos tardado en darnos cuenta. 

Lo moderno, a veces da miedo, y se sigue luchando por los que nos hizo crecer, y por lo queremos que siga quedando

Nuestra huella, ya no es grande o pequeña, ya no es nuestro ser, ya es otro ser, tuyo, mío, nuestro, da igual de donde venga, pero se siente como mío, mi huella. Lo que quiero que quede, lo que ya no sueño porque a veces ya no creo. Al final algo tangible, porque los pensamientos también se pueden enseñar, se pueden tocar

Trasladamos lo que va a ser, a lo que es, sin olvidar lo que fue. 

Conceptos, sentimientos, pensamientos, que maduran, como el vino, cogen color, olor y sabor, a nosotros, a lo que somos. Con toques de aquello en lo que nos equivocamos, que siempre está, con toques de lo real, de lo que fuimos y de lo que somos, porque el tiempo, la vida, nos cambia, nos hace grandes, todo lo grandes que queramos, por pequeños que parezcamos

Vivir, esa es la clave, adaptarnos. Y eso no es fácil, pero se hace. Se besa, quizás menos, pero mejor. Se ama, más. Se sueña, menos, al menos despierto. Se habla, a veces demasiado y a veces nada, pero se aprende del silencio. Y no está todo hecho, nos queda cada día por hacer. Adaptarnos, sí, en eso estoy. Pisando seguros.