Esta mañana me he levantado diciendo que el día que no diga "luego", seré feliz. El hacer las cosas aquí y ahora, sin pensar en voy a buscar el hueco uaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuu tiene que ser genial, necesito aprender a organizar mi tiempo, a sacarle más provecho a estas 24 horas que tenemos por día.
Sólo hay momentos "muy lúcidos" o no sé qué nombre ponerle, pero momentos en los que el reloj sigue corriendo pero tú has hecho tantas cosas que da la impresión de que vas a la misma velocidad que él. No te rías, que es verdad.
Igual que hay otros en los que el tiempo parece pararse, y empiezas a sentir que respiras, como el aire entra y sale de tí, y entonces los disfrutas igual que cuando parece que corres mucho, sí sí, se disfrutan igual, unos por que le sacas ventaja al reloj, y otros porque el reloj se amolda a tí.
Estos momentos lentos casi siempre van unidos a lugares.
Este año, me bajo del coche, cojo mi maleta, lo primero que escucho, buenos días, ¿llegan ustedes? ¿sí? pues a disfrutar, un vecino de Carboneras, Almería.
Suelto la maleta y me siento, era la hora de la cervecita, Donde Caparrós, mi casa durante estas vacaciones ¡gracias!.
Y ahí, eso que tiene Carboneras que te enamora, como ellos dicen, ese calor que te acoge, esa tranquilidad que te acompaña, respiré, y me dediqué a retener imágenes, a saborearlas, a disfrutarlas.
A pasear por las playas de Cabo de Gata.
A sentir sus colores.
A mezclar el desierto con el mar.
A sentir el aire desde arriba y las cosquillas hacia abajo.
A mirar el sol.
A vivir en blanco.
A paladear el rojo.
¡¡Hi-yo, Silver away!!
... volcar el mundo!!
Pisando seguros.